domingo, 26 de octubre de 2008

La estrella solitaria


- ¡Esto... ! ¡Piltrafilla!
- ¿Si?
- ¿Como se dice en catalán “mesa camilla”?
- Taula camilla.
- ¿Y... “melva en aceite vegetal”?
- Melva en oli vegetal.
- ¿Y… “diez años de torturas en Guantánamo”?
- Deu anys de tortures a Guantànamo.
- ¿Y… “erección matinal”?
- Erecció matinal.
- ¿Y… “cinco contra el calvo”?
- Cinc contra el calb.
- ¿Y… “tienes la vulva estriada”?
- Tens la vulva estriada.
- ¿Y… “lluvia dorada”?
- Pluja daurada.
- …

Joandy juega de Short stop. Pacientemente, me explicó que es el jugador que se coloca entre la segunda y la tercera base. Es un morenito descamisado que me encontré en un rincón de Pinar del Río. Su “novia” bailó para nosotros y, avergonzado, confesó que se había puesto celoso.

- ¿En España hay ring de boxeo?
- Claro. Pero no hay mucha afición.
- Yo quiero ser boxeador.
- ¿No era pelotero?
- También.

Rio Sequito, cuando crece, no deja que María Elena, la administradora de la nueva farmacia, llegue a tiempo a su trabajo. A veces, ni siquiera llega. Es alta, de pelo moreno y piel blanquita. Tremenda blanquita. Demasiado guapa para vivir a cuatro mil kilómetros de cualquiera.

- ¿Aquí tenéis escuela?
- Detrás de ti.
- ¡Qué grande! ¿Hay muchos alumnos?
- Como si hubiera cuatro, amigo. Esto es Cuba.

Bárbara es una entrañable mujer de sesenta y dos años. Trabaja en el Hospital, en microbiología. Es la encargada de esterilizar el material médico. Se ríe cuando nos cuenta que su nieta quiere ser bailarina - ¡Está demasiado gorda! – (Y es que claro, en Cuba se pasa tanta hambre que las autoridades sanitarias, en un alarde de surrealismo caribeño, se han marcado como reto combatir la obesidad infantil). Su marido guarda en la memoria cientos de anécdotas de las batallas que vivió en Angola:

- Bueno, hasta luego entonces.
- Hasta luego. Y ya sabes, si quieres cuentos como un loco, aquí me tienes.

Me quedé con las ganas de ver a aquella trovadora. Boris nos comentó que la acompañaría con la percusión. Se considera un privilegiado en su tierra; su salario es superior a la media. Quizás, junto al deporte, la música es lo que siempre está en la boca del cubanito de a pié.

- Y lo puso a cantinflear. ¿Sabes quién es Cantinflas? ¿El personaje mejicano? ¿Qué hablaba mucho sin decir nada? Pues aquí, en Cuba, cuando alguien habla mucho sin decir nada, decimos que está cantinfleando. Aquél estudiante de dieciocho años, con sólo una pregunta, lo puso a can-tin-fle-ar.

Mientras tanto, Putoamigo se iba perfilando como el rey de la fiesta – “Me siento responsable de vuestro aburrimiento”-.

- “Illo”. Este tío pierde el tiempo. Tarda en pillar las ironías.

Un ciclón de fuerza cuatro es una desbrozadora con una hoja de cien kilómetros de diámetro. Gustav devastó Pinar del Río durante nuestra estancia. Dejó un paisaje de matas de coco arrancadas de raíz, pinos quebrados, tejados de alfombra, cosechas perdidas y miles de corazones rajados. No obstante, Gustav no consiguió arrancar ninguna vida humana. Posteriormente, cuando caía la noche, aún sin corriente y sin luna, el dantesco y asolado paisaje del suelo, daba paso al más impresionante de los cielos. Piltrafilla, Putoamigo y yo sacamos a la terraza un colchón, medida estándar (92,37 cm de ancho por 183,56 de largo), relleno de muelles fabricados en plomo o algo más pesado aún, para poder apoyar nuestras espaldas y contemplar, atónitos, la mayor cantidad de estrellas que he visto en mis treinta y cuatro años de vida.

- Mira Pedrito – comenta Putoamigo a un niño de cuarto grado -. ¿Ves eso de ahí? ¿Lo que parece la corrida de un camello? Eso es la Vía Láctea.

Aquella casa tenía encanto. Parecía una de esos áticos de Lavapiés con más años que la puerta (la de Alcalá, por ejemplo). Rocío trató de grabarnos las fotos en un CD, pero aún no había corriente, y el portátil se quedó sin batería.

- ¿Están en versión original?
- Jeje. Los españoles son tan chéveres que ven las películas torcidas.

Jorge no nos ofreció melón (el melón en cuba es verde por fuera, rojo por dentro y con unas semillas clonadas de las que crecen en el interior de una sandía). Sin embargo, ofrece a los niños de su barrio la posibilidad de educarse artísticamente con un profesional reconocido de la pintura. Es Delegado de Circunscripción, democráticamente elegido por sus vecinos. No pertenece al Partido, ni quiere, se considera “una persona de pensamiento libre, casi anarquista”, al que nadie le obliga a nada, ni él mismo; vive en La Habana.


- …
- ¿Y... “flujo vaginal”?
- Fluxe vaginal.
- ¿Y... “felación”?
- Felació.
- ¿Y... “desgarramiento anal”?
- Desgarrament anal.
- ¿Y... “practiquemos el coito sin que medie ningún tipo de compromiso moral ni emocional posterior al orgasmo”?
- Practiquem el coit sense que intervingui cap tipus de compromís moral ni emocional posterior a l'orgasme.
- ¿Y… “Descendiente de mujer de moral ligera”?
- ¡Eso es fill de puta, nen!

Encargos de aire

Esto lo escribí por encargo para el concierto de Extremoduro en Jerez el día 24 de octubre.

UNA HOGUERA PARA ARDER

“Existe, de hecho, jueces, una ley no escrita, sino innata, la cual no hemos aprendido, heredado, leído, sino que de la misma naturaleza la hemos agarrado, exprimido, apurado, ley para la que no hemos sido educados, sino hechos; y en la que no hemos sido instruidos, sino empapados.”

Cuando muera, Iniesta quiere que lo entierren con la picha por fuera para poder terminar de repartirse, mientras tanto, se va dejando caer por aquí y por allá en forma de poemas musicados. El más golfo de todos los poetas. El más rockero de todos los canallas.

“Ley innata”. Éste es el nombre de su último trabajo. Mucho más que una excusa para romper varios años de silencio y volver a los escenarios para seguir metiendo tralla, transgrediendo y reivindicando en cada canción, si no, ¿para qué coño quieres que la escriba? Más de cincuenta mil copias vendidas. Ahí es nada. Esos que ponen la excusa de que no venden porque en su día el “Antiministro de Cultura” (o el “Ministro de Anticultura”, como usted prefiera) inventó Internet, deberían replantearse las causas de su “fracaso”. Una sola canción, entregada por capítulos eso sí, seis concretamente, una idea que ya en el noventa y cinco se hizo LP (“Pedrá”) y que ahora repite. Más o menos.

“Rock transgresivo” Así denominó el Robe el estilo musical de su banda (Extremoduro, no se si alguien aún andaba perdido) allá por mediados de los ochenta. Una década tardó en generalizarlo y llegar al gran público; “So payaso” rompió las cadenas del ultrafondo y Extremoduro pasó, de un plumazo, del undrerground a los cuarenta. Pero todo es perdonable. De aquel disco, “Águila” le pusieron al niño, fueron más de doscientas mil las copias vendidas. Este es el momento considerado por los hechiceros de la crítica musical como el culmen de su carrera. Yo, sin embargo, desde la más ínfima sabiduría y la más absoluta de las ignorancias, si fuera al mercado de los versos, pagaría mucho más por “desquicié tu vida por ponerla junto a mí” que por “me tiemblan los pies a su lado”, pero el gran público es el Gran Gurú, y ante eso, ni el más osado de los magos se atreve a poner trabas, por más que después consigan, de vez en cuando, manejarnos cual manada de borregos. Posteriormente, sólo tres discos en estudio y un montón de huellas para la historia como esta: Antes de hacer la maleta / y pasar la vida entre andenes, / deja entrar a los ratones / para tener quien le espere.

El caso es que esta noche, en la cuna del flamenco, este placentino y sus acompañantes (a destacar entre ellos a Iñaki Antón), a partir de las nueve y media o por ahí, llenarán, de eso no hay duda, ese pedazo de campo en mitad de la urbe al que denominan: “Explanada junto al Palacio de Deportes de Chapín”. Y lo llenarán de incondicionales deseosos de esparcir sus trocitos de garganta por la noche jerezana, coreando sus canciones de siempre, y las nuevas, y voceando su bienvenida, y chillando para que ése no sea el último bis, y gritando en el oído del de al lado: "con esta canción eché mi primer polvo". Y si usted no se fía (hay más de un loco diciendo eso por ahí), si piensa que lo que van a proponer los de las tablas no vale los 22 euros de la entrada, pues no vaya, quédese en su casa, mullendo la almohada de su esposa, o en el bar de la esquina, banalizando con el camarero, o en un banquito de la plaza, dando de comer a las palomas, pensando que un día cualquiera, en dos o tres años, Extremoduro volverá a Jerez de un modo más fiable. El único problema es que ese día no existe. Hoy, sin embargo, sí existe.